La agricultura urbana y periurbana y una nueva mirada a la alimentación en las grandes ciudades
Simone Arimatéia, asesora técnica en Agricultura Urbana y Periurbana del Centro Sabiá

La agricultura urbana y periurbana de las grandes ciudades cultiva alimentos sin veneno en huertos comunitarios, patios traseros, callejones productivos, tejados verdes y plazas. Esta práctica está ganando impulso en los centros urbanos porque, además de producir alimentos sanos, crea espacios verdes llenos de vida, donde la temperatura es más agradable y el agua de lluvia drena más fácilmente.
Con el crecimiento demográfico y la destrucción de los recursos naturales, la agricultura urbana también se está convirtiendo en una alternativa a la necesidad de seguridad alimentaria y nutricional en las ciudades, sobre todo para las poblaciones periféricas. Pero además de cultivar alimentos y plantas medicinales, estos espacios colectivos han reforzado prácticas alimentarias que implican hacer cosas juntos, consumir productos de temporada y comer comida de verdad.
¿Por qué son importantes estas preguntas? La alimentación en las grandes ciudades ha cambiado mucho en las últimas décadas con la industrialización y la llegada de los platos precocinados. Estos alimentos ultraprocesados, a pesar de parecer prácticos ante las agitadas exigencias de la vida cotidiana, están recubiertos de sustancias que enferman nuestro organismo y no nos aportan la vitalidad que necesitamos, que sólo se encuentra en los alimentos recolectados directamente de la tierra.
Así que merece la pena reflexionar: ¿cómo estamos comiendo? ¿Has estado pelando los alimentos o abriendo paquetes? ¿Qué tradiciones familiares se mantienen en tu casa, como los almuerzos de los domingos o hacer la comida del maíz?
Necesitamos variabilidad alimentaria, más allá de lo que se nos ofrece en la mayoría de los mercados, donde compramos los mismos tipos de alimentos, la misma variedad de arroz, el mismo tipo de boniato y tomate.
Por eso, comprar en ferias ecológicas, mercadillos o participar en huertos comunitarios es una forma de tener acceso a alimentos diversos, consumir semillas criollas y, sobre todo, poder comer un poco de todo. También es una forma de recordar que necesitamos valorar y utilizar las plantas en nuestra vida cotidiana, que puedes cuidarte de la fiebre con colonia, pero también puedes consumir vitaminas comiendo taioba o araçá.
No se ha encontrado nada.