Por Rosa Sampaio, periodista del Centro Sabiá

En la mañana del martes (21), representantes de las organizaciones que integran ASA Pernambuco (Articulación Semiárida del Estado) se reunieron con las diputadas estatales Daniela Portela (PSOL) y Rosa Amorim (PT) y con los asesores de los diputados Doriel Barros y João Paulo, ambos del PT. La reunión en la Asamblea Legislativa (Alepe) tuvo como agenda los documentos de la Plataforma del Semiárido (PE) y la carta de la ASA Nacional y de la Articulación Nacional de Agroecología (ANA) para las Elecciones de 2022, todos firmados por los cuatro entonces candidatos. El grupo abrió el diálogo con la expectativa de retomar políticas y acciones para convivir con el semiárido, para fortalecer la agricultura familiar y la agroecología en el estado.

Para Maria Cristina Aureliano, de la coordinación del Centro Sabiá, la expectativa ahora es que las organizaciones de ASA Pernambuco puedan emprender acciones colectivas y articuladas con los miembros del campo popular, en apoyo de la agroecología y la coexistencia con el semiárido. «Incluso vamos a crear un grupo de trabajo con las oficinas de los diputados y las organizaciones de ASA para poder seguir el nuevo plan plurianual, el PPA 2024 a 2027, y formular enmiendas tanto al PPA como a los presupuestos anuales», explica María.

Una de las preocupaciones del grupo es también la reanudación de los espacios de participación social en el Estado, como consejos y comisiones vinculados a la agricultura, la soberanía alimentaria y nutricional y el acceso al agua. Paulo Pedro, de la coordinación de la ONG Caatinga de Ouricuri, en Araripe, estos espacios son muy importantes en la construcción y reivindicación de políticas, así como en el diálogo permanente entre la sociedad civil y el gobierno. «Hemos hecho nuestra plataforma, presentando varios puntos, varias propuestas y entre ellas está la reanudación de esta participación política social de las organizaciones de la sociedad civil. Estamos proponiendo la reanudación de varios consejos y comisiones sobre temas de agricultura y seguridad alimentaria y agua, pero también los vinculados a la mujer, a la lucha contra la pobreza, entre otros, esto es muy importante para nuestro campo».

Y como no hay semiárido vivo ni agroecología sin feminismo, uno de los puntos de la Plataforma del Semiárido y de las cartas de ASA y ANA son las políticas públicas para las mujeres rurales, campesinas y agricultoras familiares. Graciete Santos, de la Casa de la Mujer del Nordeste, señala también que en la región semiárida la cuestión es aún más delicada debido a las dificultades de acceso en la región, incluso a las comisarías de la mujer. «Es urgente reforzar esta red para hacer frente a la violencia, el número de mujeres rurales asesinadas ha crecido, ya que están más aisladas. Ahora hemos visto en la caravana por el fin de la violencia contra las mujeres, que realizamos en el interior de Pajeú y Central y Agreste, que estas políticas llegan a las mujeres rurales de la región semiárida. Hay que abogar ante el poder legislativo por reforzar y descentralizar las comisarías especializadas en mujeres y los centros de referencia y acogida, con condiciones y presupuestos. Esta agenda es urgente».

La vida palpita en la región semiárida. ¡Es en el Semiárido donde el Pueblo Resiste!

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