Caatinga Viva: La juventud en la lucha por la conservación del bioma

Por Felícia Panta, joven multiplicadora de la agroecología, licenciada en Ciencias Biológicas y agricultora emprendedora, y Jeferson Moura, joven del campo, licenciado en Ciencias Biológicas y máster en Etnobiología y Conservación de la Naturaleza.

Foto: Túlio Martins | TDH | Centro Sabiá

La Caatinga es la región semiárida más densamente poblada del mundo, con aproximadamente 28 millones de personas, y es un bioma exclusivamente brasileño. La región representa una importante fuente de recursos para la subsistencia de la población residente, tanto animales como vegetales.

A pesar de toda su importancia, la tala del bosque autóctono, el uso intensivo de la tierra para la agricultura y la ganadería y la amenaza más reciente, la instalación de las llamadas energías renovables -eólica y solar- han contribuido al proceso de desertificación de la Caatinga y han afectado negativamente a las poblaciones humanas y animales que viven en ella. Además, es probable que las zonas degradadas aumenten, dado el contexto de cambio climático al que nos enfrentamos.

Sin embargo, los jóvenes han desempeñado un papel crucial en la conservación de la caatinga mediante prácticas agroecológicas y de convivencia con la región semiárida. A pesar de los obstáculos, los jóvenes han orientado y construido la agroecología en los territorios de diversas formas, a través de redes o prácticas comunitarias.

Muchos jóvenes participan en programas de educación y formación en prácticas agroecológicas sostenibles, ofrecidos por instituciones, ONG y proyectos gubernamentales. Aprenden técnicas de cultivo, conservación del suelo y gestión del agua, preparándose para aplicar prácticas agrícolas sostenibles. Además, dirigen iniciativas de reforestación, plantando especies autóctonas en sistemas agroforestales, recuperando bosques ribereños, lo que aumenta la biodiversidad y la resiliencia de los ecosistemas, refuerza la cohesión social y promueve la conservación del medio ambiente.

En el emprendimiento sostenible, crean empresas de agricultura familiar y comercio justo, generando ingresos y promoviendo el consumo consciente, al tiempo que defienden políticas públicas favorables a la agroecología y participan en foros y movimientos sociales para influir en las políticas medioambientales y agrícolas. También participan en proyectos de investigación e innovación en universidades e instituciones de investigación, investigando nuevas técnicas agroecológicas adaptadas a la Caatinga.

Con esto, podemos decir que los jóvenes no representan el futuro, sino el presente. Los jóvenes participan activamente, combinando conocimientos tradicionales e innovación para afrontar los retos medioambientales y promover la sostenibilidad. Y es este compromiso el que garantiza la conservación de la caatinga para las generaciones futuras.

No se ha encontrado nada.

Compartilhe

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *