Los espacios agroecológicos son esenciales para la buena alimentación en los centros urbanos

Lugares de comercialización de productos de la agricultura familiar

marli gondim
Ingeniero Agrónomo, Magíster en Geografía Agraria y Cultural y estudiante de Doctorado en Geografía

Foto: Ana Lira / Colección Sabiá Center

Las ferias o espacios agroecológicos que se encuentran en varios barrios del espacio urbano de la ciudad de Recife, desde mediados de la década de 1990, además de constituir lugares de comercialización de productos de la agricultura familiar agroecológica, constituyen ambientes de experiencia cultural y social.

Vivo en el barrio de Graças y compro verduras, frutas, verduras, además de panes, pasteles, jugos, mermelada, maíz, dulces, pasteles, sándwiches, miel y otros alimentos procesados en el Espaço Agroecológico das Graças y en Santo Amaro. Además de ser miembro de Agroecoloja , una cooperativa de reciente creación para vender productos agroecológicos durante toda la semana y permitir el flujo continuo de ventas de productos de mujeres agricultoras en la región de Zona da Mata y Agreste de nuestro estado.

Agroecoloja comercializa frutas y verduras, además de brindar acceso a otros productos procesados de la agricultura familiar y cooperativa, como palomitas de maíz, ajonjolí, trigo, aceite de babasú, arroz, linaza, panela, hojuelas de arroz, almidón de tapioca, harina de maíz para cuscús, así como como huevos, mantequilla embotellada, queso de mantequilla, yogur, anacardos, café, tahini , solo por nombrar algunos. Además de muchos productos procesados que también están en ferias y espacios agroecológicos. A veces también paso por el Espaço Agroecológico da Várzea para ver a algunos agricultores y comprar otras cositas que no encuentro en estas ferias a las que asisto semanalmente. Abastezco mi casa con productos agroecológicos y orgánicos, el miércoles (Espaço de Santo Amaro), el sábado (Espaço das Graças) y, entre el martes y el sábado, puedo acceder a todos los productos disponibles en Agroecoloja.

Es gracias a estas mujeres y hombres que cuidan la tierra y producen alimentos saludables que nosotros, consumidores de la ciudad, hoy podemos tener el privilegio de acceder a productos sin la marca exclusiva de la agroindustria. Si no fuera por Nete, Doutor, Cristina y Amadeu, Mocinha, João y Antônio Custódio, Rejane, Chirlene, Lenir (una gran compañera durante tantos años), Rafael, Lon, Luzia, Adriano, Elivelto, Camila y Felipe, mi vida como agroecóloga y consumidora de productos agroecológicos sería muy difícil. Vivo en un apartamento, tengo el privilegio de tener un balcón, pero no soy capaz de producir lo que consumo. A lo sumo, cuatro hierbas para el té, una cebolleta. A pesar de ser agrónoma e hija de un agricultor, no tengo, en este momento, el espacio y el tiempo para dedicarme a la producción regular de hortalizas, frutas y otros alimentos.

Mi apuesta por los productos agroecológicos está en mi militancia política por la agricultura familiar y campesina agroecológica. ¡Y es gracias a estas mujeres y hombres, a quienes confío la producción de los alimentos que consumo, que disfruto de la salud y del placer de contribuir a la Agroecología!

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