Jóvenes rurales emprenden y destacan en agroecología y ferias por todo el estado

Felicia Panta
Joven Multiplicador de Agroecología, Licenciado en Ciencias Biológicas y Agricultor Emprendedor.

Jóvenes del CJMA venden sus productos en la feria agroecológica de Caruaru. Foto: PH Reinaux/Colección Centro Sabiá

Nuestro país se ha enfrentado a importantes retos económicos, y muchos trabajadores han sentido el impacto de esta situación. Para muchos, el espíritu empresarial ha surgido como una alternativa ventajosa, y esto no es diferente en la agricultura familiar, incluso como respuesta a las preguntas que atormentan a los jóvenes que viven en el campo.

Durante mucho tiempo se creyó que el campo no ofrecía suficientes oportunidades para que los jóvenes se quedaran. Una de las principales razones del éxodo rural fue la dificultad de generar ingresos para mantenerse en ese entorno. La actividad empresarial se ha convertido así en una oportunidad para permanecer en el campo de forma digna. Hoy en día, muchos jóvenes destacan por comercializar sus productos, introducir nuevas tecnologías en la producción y, sobre todo, asegurarse un lugar en el mercado.

Las ferias de agricultura familiar desempeñan un papel fundamental, ya que son espacios justos de comercialización, un valioso apoyo para estos jóvenes emprendedores. Las ferias se han extendido por todo el Estado, promoviendo la soberanía alimentaria y, sobre todo, creando un espacio adecuado para la venta de productos juveniles. Además, los jóvenes del campo están demostrando que la innovación es esencial, utilizando diversas estrategias de marketing y las redes sociales para promocionar sus ventas.

Para Gildo José, joven agricultor y empresario, la posibilidad de comercializar sus productos es fundamental para garantizar sus ingresos. Él y su socia, Tati Faustino, participan activamente en la Feria de la Agricultura Familiar de Jataúba y siempre buscan participar en eventos regionales que ofrezcan espacios para comercializar los productos de los que se benefician. Gildo también subraya la importancia de establecer contactos con otros agricultores, ampliando la variedad de productos disponibles en los eventos a los que asisten.

Ésta es sólo una de las muchas experiencias de éxito, lo que nos permite afirmar con certeza que el espíritu empresarial rural no es sólo una moda pasajera, sino una fuerza vital que está reforzando la agricultura familiar y actuando como fuente de innovación y renovación. Es una forma de poner de relieve el esfuerzo y la dedicación de los jóvenes que quieren quedarse en el campo, asegurándose de que no se pasa por alto ni se desperdicia ninguna oportunidad.

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